Producción estancada, ¿momento de pasar a la fase 4?
El muy leve repunte en la actividad económica registrado en agosto, que fue de 0,3% respecto del mes de julio, ratifica el importante estancamiento de la economía argentina evidenciado desde febrero de este año en adelante.
Para caracterizar los meses que van desde el comienzo de la gestión libertaria, pueden distinguirse claramente tres fases en lo que se refiere a la producción.
En una primera instancia la actividad económica aceleró la caída con la que ya venía en 2023 y se redujo hasta 3,8%. Luego, se manifestó un rebote que duró 10 meses y permitió un incremento de 8,7% en la actividad económica agregada, y fue destacado por su vertiginosidad.
Sin embargo, en la última fase, que ocupa la mayor parte del 2025, la economía se contrajo 1,1%, dejando como saldo final a la economía 3,4% por encima del nivel que tenía en noviembre de 2023.
Si se examina en detalle la tercera fase, solo dos de las principales actividades económicas tuvieron un saldo positivo relevante: Intermediación financiera (+8,8%) y Minería (5,8%). El resto de las actividades económicas se mantuvo estancado o con reducción en su nivel de actividad, reflejando un importante déficit de la estrategia macro en el entorno productivo.
Si se tiene en cuenta la situación de cada sector, en las tres fases tuvieron un desempeño variado, y al final se destaca un panorama muy heterogéneo. Por un lado, la actividad financiera (+25%), la minería (+15%) y el agro (+10,6%) se ubican entre los que más crecieron.
En el otro extremo, entre los más rezagados se destacan la construcción (-13%), la industria (-6,7%) y la actividad turística (-4,4%,). En particular el turismo internacional receptivo se halla entre los segmentos más afectados y registra una merma de 26% a nivel país.
Si se examina en detalle, el desempeño de la producción industrial resulta heterogéneo también, aunque la situación es predominantemente negativa en los últimos indicadores.
Apenas 5 de las 16 grandes ramas industriales se encuentran en terreno positivo cuando se compara su nivel de producción actual con el que tenían en noviembre de 2023. Se destacan, por su parte, importantes mermas acumuladas en productos textiles (-29%), productos minerales no metálicos y productos de metal (-20%). Por otra parte, 9 de las 16 ramas industriales se encuentran con mermas productivas superiores al 5%.
Entre las ramas industriales que escapan a esta situación negativa es oportuno resaltar a la producción de equipos, aparatos e instrumentos (+6%), refinación de petróleo (+5,9%) y la producción de alimentos y bebidas (+5%).
La situación productiva muestra signos de debilidad muy marcados en general, salvando excepciones como las que fueron señaladas. Los problemas de competitividad estructurales se han hecho notorios y la producción afronta desafíos muy difíciles de superar sin reformas profundas.
En este sentido, la falta de avances en materia de reformas estructurales que favorezcan la competitividad no implica un “statu quo” para la producción, sino un sesgo de políticas públicas que debilita fuertemente a amplios sectores productivos. Finalmente, estos indicadores que se han presentado también ponen de manifiesto la necesidad de un debate respecto de la estrategia de Argentina para impulsar el crecimiento económico, para encontrar los elementos que permitan iniciar una “fase 4” del plan para la producción.



