Argentina, la corrección de los déficits gemelos
De acuerdo al “Staff Report” divulgado por el FMI en la tercera semana de junio, como síntesis de la Octava Revisión del Programa vigente, la Argentina estará pasando de un déficit primario del sector público nacional no financiero (SPNNF) de 2,7 % del PIB en 2023 a un superávit de 1,7 % del PIB en 2024, un ajuste de 4,4 puntos, explicado fundamentalmente por la contracción del gasto, desde 19,6 % a 15,1 % del PIB.
La reversión de los déficits gemelos
En % del PIB
Fuente: IERAL en base a INDEC, IMF y MECON.
El sector público estaría corrigiendo plenamente el desahorro de 2023, de un 5,9 % del PIB, hasta un nivel neutro en 2024. Con la tasa de inversión total cayendo de 18,6 % a 16,7 % del PIB, con una caída de 2 puntos de la inversión privada, la corrección experimentada en el sector externo es de 3,9 puntos del PIB entre un año y el otro, al pasar de un déficit de cuenta corriente de 3,3 % del PIB en 2023 a un superávit estimado 0,6 % del PIB, fenómeno que, en ausencia de entrada de capitales significativa, explica la recomposición de reservas lograda por el Banco Central en el primer semestre.
Una variable que conecta la dinámica fiscal con la del sector externo es la evolución del Gasto Público
medido en dólares al cambio oficial, termómetro frecuentemente utilizado en los informes de IERAL. En buena medida, los abultados déficits gemelos contabilizados en 2023 podían ser explicados por el hecho que el gasto público en dólares se había incrementado (en moneda constante) un 27 % respecto de 2019, un año que puede ser utilizado como base para la comparación debido a que tanto el resultado fiscal primario como el resultado en cuenta corriente eran bajos (-0,4% y -0,8% del PIB, respectivamente).
Pues bien, de acuerdo a los guarismos fiscales incluidos en el Staff Report, y considerando el tipo de cambio oficial promedio anual (regla del 2 % hasta fin de año), el ajuste del gasto en moneda dura sería del 22,5 % este año respecto de 2023, para ubicarse en 101,5 mil millones de dólares. Esa cifra es similar a la de 2019, teniendo en cuenta la inflación estadounidense del período.
La conexión entre el flanco fiscal y el externo derivada de la evolución del gasto público medido al tipo de cambio oficial se relaciona con el hecho de que cuando el peso del Estado sobre la economía queda “fuera de escala” se afecta la competitividad del sector exportador, lo que empuja a la devaluación, deteriorando el poder adquisitivo de la población y el empleo de los sectores “mercado-internistas”, que son a su vez los que más fuentes de trabajo generan. Encontrar el equilibrio entre el gasto público y el tipo de cambio es clave para la sustentabilidad de cualquier escenario.
Obviamente, con los datos apuntados más arriba, referidos a 2024, tampoco hay garantías hacia adelante. Se requiere sustentabilidad de estas variables de cara al futuro. A ello se suma que la pauta de gasto público del sector público nacional abarca sólo la mitad de las erogaciones consolidadas (las provincias y municipios representan el otro 50 %).
Evolución del Gasto Primario en USD constantes
Base 100 = 2019
Nota: Se considera que el crawling peg del 2% mensual se mantiene hasta fin de año y se toma una inflación i.a para USA de 3,1% / Fuente: IERAL en base a MECON, BCRA, INDEC, IMF y BLS.
Para tener en cuenta y para monitorear
En resumen, los acontecimientos políticos han configurado un escenario de mucho mayor centralidad para el gobierno nacional, que conlleva una responsabilidad creciente por los resultados de aquí en adelante. Los datos de inflación, que podrían seguir mejorando aún en julio, refuerzan la convicción del Ejecutivo en mantener los lineamientos de la política en curso. La decisión de traspasar pasivos remunerados del BCRA al Tesoro es una ratificación de la prioridad por estabilizar, pero sin excluir senderos como el de la dolarización, al tiempo que se pone en evidencia un escenario que sigue siendo de “manta corta”. La deuda en cabeza del Tesoro es significativa y la suerte de los vencimientos a refinanciar tiene repercusión sobre el nivel del riesgo país y sobre los balances del sistema financiero.
Las reservas del Banco Central han dejado de recuperarse, fenómeno que abre interrogantes sobre la conveniencia de seguir conviviendo con mecanismos como el “blend” de exportadores. Pero el trípode de cepo, tablita cambiaria y blend es una suerte de “yenga”, juego en el que sacar una pieza puede derrumbar la estructura. Se sabe que de los laberintos conviene “salir por arriba”, por lo que este segundo semestre será fértil en conjeturas acerca de cómo podría llegarse a mejoras significativas en términos de reservas y riesgo país sin echar por la borda los avances en el plano antiinflacionario.
Jorge Vasconcelos
Coordinador General de Revista Novedades.