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¿Aterrizaje suave en Estados Unidos? Condicionado a Trump o Biden

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¿Aterrizaje suave en Estados Unidos? Condicionado a Trump o Biden

Aunque el liderazgo de los Estados Unidos en el plano global es disputado en los más diversos frentes, su influencia en el ciclo económico mundial no sólo no cede, sino que podría estar aumentando, en la medida en que la etapa de tasas de interés elevadas y dólar fuerte se prolongue y siga dominando el escenario de 2025. Con un déficit fiscal total estimado para el 2024 de 7,0 % del PIB[1] y una deuda pública cercana al 125% del PIB, Estados Unidos es una aspiradora de fondos que condiciona el desempeño del resto del mundo, en una dinámica cuyo horizonte temporal es muy difícil de precisar.

Las expectativas vinculadas con inflación, tasa de interés y nivel de actividad han fluctuado de modo dramático en los últimos trimestres. Cuando arrancó el 2024, si bien mostraba un comportamiento cauto, el discurso del banco central estadounidense (Reserva Federal) respecto al abatimiento de la inflación hacía esperar 3 bajas de tasa este año (el mercado se mostraba más optimista con expectativas de entre 5 y 6 cortes sucesivos de la tasa de interés de corto plazo). Con el paso del tiempo, la percepción fue mudando radicalmente, con un descenso mucho más lento y zigzagueante de la tasa de inflación. A pesar que el dato de mayo sorprendió positivamente y fue menor de lo que esperaba el mercado, la Reserva Federal mostró un sesgo Hawkish y mantuvo la tasa de política monetaria en el corredor de 5,25% – 5,5%. Sus últimas previsiones apuntan a un solo (y eventual) recorte de tasas antes que termine el año, ajuste en las tasas más lento a las esperadas inicialmente consecuencia de unas proyecciones de inflación más elevadas; pero como, al mismo tiempo, el nivel de actividad se ha mostrado resiliente y las empresas que se ubican en la frontera de la Inteligencia Artificial han pasado a mostrar balances cada vez más atractivos, ese nuevo escenario de tasas de interés elevadas por bastante tiempo ha tenido un impacto moderado sobre los indicadores bursátiles. Las apuestas a favor de un “aterrizaje suave” de la economía estadounidense han aumentado.

Así, se está configurando un escenario en el que el descenso de la tasa de inflación en los Estados Unidos es más gradual que lo previsto, desde un 3,4% en 2023 a un guarismo en torno a 2,6 % en 2024 y un 2,2/2,3 % para 2025, con una variación del PIB que, partiendo de 2,5% en 2023 estaría pasando a 2,1% en 2024 y a 2,0 % para 2025.

En este escenario, la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años podría hacer un piso levemente por debajo del 4% anual, pero notablemente supeditado al curso de los acontecimientos políticos, con resultados en las presidenciales de noviembre que de ningún modo serán neutros para los mercados. En principio, dado el volumen de la deuda pública estadounidense, y el déficit fiscal en torno al 7,0 % del PIB, el escenario más crítico para los mercados sería aquel en el cual el Ejecutivo y el Congreso queden en manos de un solo partido, sin importar si son demócratas o republicanos. Un escenario político que mantenga controles cruzados es clave para frenar eventuales desbordes fiscales, aunque quizá sea menos efectivo (dado los poderes delegados al Ejecutivo) para acotar los márgenes de alteración en las relaciones comerciales de los Estados Unidos con el resto del mundo, particularmente China, y para hacer más predecible el sesgo de las difíciles decisiones en el plano geopolítico, caso de la continuidad o no de la agenda estadounidense en relación a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Evolución Rendimiento del Bono de USA a 10 años

En %

Fuente: IERAL en base a FED.

Perspectivas de Crecimiento

Luego de los máximos de mediados de 2022, hay un claro sendero descendente de la inflación en el resto de las economías del mundo, aunque por encima de la inflación objetivo de los Bancos Centrales de los principales países desarrollados y emergentes. Sin embargo, esto no ha evitado que el ciclo de baja de tasas ya comenzara, tal lo demuestra el caso de los Bancos Centrales de Brasil y de Chile, a lo cual se han sumado en los últimos meses el Banco Nacional Suizo, el Banco de Canadá y, recientemente, el Banco Central Europeo.

A pesar de la reducción de tasas, se proyecta que las principales economías desaceleren su crecimiento, aunque en forma moderada, con excepción de la Eurozona, que sigue exhibiendo un magro crecimiento, levemente por debajo del 1% anual.

Evolución PIB de diversos países

Base 100 = 2019

Fuente: IERAL en base a IMF, FED y JPMorgan.a

¿Qué pasa con el dólar en el resto del mundo?

Desde comienzos de 2021, el dólar norteamericano se ha apreciado de manera contundente contra un amplio espectro de monedas, tal como lo demuestra el Nominal Broad Dollar Index (que incluye una canasta de monedas tanto de países avanzados como emergentes). En estos primeros 6 meses del 2024, el dólar se ha apreciado casi un 5 % en términos nominales, mientras que, si se ajusta por la inflación promedio ponderada de las monedas incorporadas al índice, se tiene que este guarismo alcanza una apreciación real del 2,2 %[2].

Dólar fuerte en el mundo y tasas elevadas por bastante tiempo en Estados Unidos constituyen un escenario desafiante para la Argentina, que necesita volver a los mercados financieros internacionales para refinanciar vencimientos, que en los próximos 18 meses superan los 17 mil millones de dólares.

Otros dos canales de transmisión del fenómeno del dólar fuerte son relevantes para el caso de la Argentina. Por un lado, este ciclo coincide con precios deprimidos de los precios de las commodities y, por otro, las monedas de socios relevantes de nuestro país tienden a depreciarse, inclinando las balanzas comerciales bilaterales a su favor. Respecto de este último canal de transmisión, para el caso de Brasil el fenómeno se acentúa por turbulencias propias de la macro del vecino país. De hecho, cuando se analiza el tipo de cambio real bilateral entre el peso y la moneda brasileña, se tiene que los últimos datos muestran un significativo grado de apreciación del peso, del orden del 34 % respecto del promedio de los últimos 27 años. En esa serie, los datos de mediados de 2024 se acercan a los registros de mayor apreciación del peso contra el real, que se anotaron en el período previo a la salida de la convertibilidad y a fin de 2015.

Nominal Broad U.S. Dollar Index

Base 100 = 2019

Fuente: IERAL en base a FED.

Maximiliano Gutiérrez

Responsable de la sección Internacional.