Bienes de Consumo, Durables y Servicios
Agosto 2025
Investigadores responsables: Marcelo Capello y Federico Belich
En alimentos y bebidas a consumidor final, la comparación de diez productos en diez países muestra que Argentina resulta más cara en el 48% de los casos. Brasil es sistemáticamente más barato en todos los bienes, mientras que en Chile y México alrededor del 60% de los productos tienen precios inferiores a los argentinos y esa proporción llega al 80% en la comparación con China. En cambio, en Estados Unidos, Australia, Francia y Corea del Sur, entre el 80% y el 100% de los precios resultan más altos que en Argentina.
Dentro de la canasta analizada, el país aparece relativamente caro en agua mineral, mientras que presenta precios baratos en huevos, papas y carne bovina. En conjunto, se trata de una situación intermedia: si bien cabría esperar precios internos relativamente baratos en Argentina por su elevada productividad agropecuaria y la vigencia de los derechos de exportación (DEX), que reducen los precios en el mercado interno, o cuyos insumos y materias primas pagan DEX en sus ventas al exterior, esa ventaja no se refleja plenamente en la comparación internacional.
En este grupo de productos, Argentina aparece como el país más caro en el 90% de los casos relevados. Autos, motos, bicicletas, electrónicos del hogar, indumentaria y calzados muestran precios sistemáticamente más caros a los del resto de los países incluidos en la comparación.
La explicación principal radica en la combinación de alta protección comercial y elevada carga tributaria interna. Por un lado, los derechos de importación (DIM) y las restricciones al ingreso de bienes encarecen notablemente los precios locales. Por otro lado, los impuestos internos -IVA nacional, Ingresos Brutos provinciales y municipales, impuestos específicos y el impuesto a los débitos y créditos bancarios- terminan reforzando esta brecha.
Existen tres productos entre los diez analizados en los que Argentina presenta precios más altos que todos los demás países incluidos en la comparación: televisores, vestidos y zapatillas.
Si bien se trata de bienes transables, que en principios deberían tener precios similares entre países cuando se expresan en una moneda común, en Argentina los valores resultan excepcionalmente elevados. Esto obedece principalmente a la política comercial y tributaria aplicada en el país, tanto en general como específicamente sobre este tipo de bienes.
En servicios personales o familiares (y de los bienes relacionados a ellos), Argentina resulta más cara en un 36% de los casos comparados. La diferencia es más marcada frente a Brasil, donde somos más caros en un 80% de los ítems, mientras que frente a México la proporción desciende al 50% y con Chile al 40%. En contraste, en países desarrollados los servicios suelen ser más caros que en Argentina.
En este contexto, nuestro país aparece relativamente caro en una comida en restaurante y relativamente barato en las expensas/servicios en un departamento, la cuota de un gimnasio, un viaje en taxi, la educación preescolar, el boleto en transporte urbano de pasajeros y el precio de la nafta.
Los resultados obtenidos son coherentes con lo esperado desde la teoría, ya que los bienes y servicios no transables tienden a ser más caros en países desarrollados. Sin embargo, Argentina aparece como relativamente cara respecto de Brasil, aunque no tanto frente a Chile y México. En algunos casos puntuales, como el boleto urbano, la diferencia se explica por la incidencia de subsidios estatales en nuestro país.