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La actividad económica retrocede

Las últimas estadísticas muestran un claro debilitamiento del nivel de actividad. En junio el nivel general de actividad retrocedió 0,7% respecto del mes anterior y se ubicó en niveles inferiores a los de diciembre de 2024. El nivel de actividad que había crecido 0,9% en el primer trimestre, en el segundo trimestre dejó de crecer y promedió el mismo nivel que en el comienzo del año (sin estacionalidad). 

Por otra parte, aun cuando el nivel de actividad en junio se ubicó 3,3% por encima del nivel de noviembre de 2023, mes previo al inicio de la gestión de Milei, muy posiblemente en julio la actividad se haya retrotraído al nivel de enero de 2023 (De acuerdo con los indicadores disponibles, se proyecta una nueva caída en el nivel de actividad en julio, más profunda que la de junio.), reflejando los problemas estructurales que tiene la economía para crecer.

En junio, cuatro de los sectores principales de la economía registraron caídas respecto del mes previo (en orden de caída): industria, turismo (se consideran como referencia indicadores de viajeros internacionales y viajeros totales hospedados), transporte y comercio.

Si se examina cuál es la situación acumulada, se tiene que siete de los diez sectores económicos principales se ubican por encima del nivel de actividad que tenían en noviembre de 2023. Sin embargo, también siete de los diez sectores principales manifiestan una clara desaceleración o una disminución en el nivel de actividad en el segundo trimestre.

Los sectores que lideran la recuperación de manera sostenida siguen siendo intermediación financiera, minería y sector agropecuario. Los sectores rezagados, que además profundizan su situación crítica, son construcción, industria manufacturara y turismo.

Al analizar más en detalle el desempeño de la industria se observa una marcada heterogeneidad, como viene ocurriendo en los últimos meses. En la comparación con noviembre de 2023, nueve ramas industriales presentan caídas, con una merma promedio del 9,8%, mientras que siete ramas logran crecer, con un avance del 5,1%, en promedio.

Dentro de las actividades con mejor desempeño se destacan otros equipos, aparatos e instrumentos (+10,5%), la refinación de petróleo, coque y combustible nuclear (+6,2%) y alimentos y bebidas (+5,6%). En cambio, entre las ramas más golpeadas figuran los productos textiles (-21,9%), los productos de metal (-17,5%) y los minerales no metálicos (-15,9%).

Adiós al crecimiento del 5%

Tomando en cuenta la evolución ya observada de la actividad hasta junio y lo que se puede estimar con indicadores sectoriales para julio y agosto, el panorama de estancamiento en el resto del año es altamente probable, e incluso con probabilidad de registrar más meses con caída en el nivel de actividad. 

Asimismo, la abrupta suba de tasas de interés durante julio y agosto refuerza este escenario de desaceleración también para los próximos meses. La tasa de interés por adelantos en cuenta corriente promedió el 76% en agosto, en un contexto de inflación anualizada en torno a 28%, implicando altísimo costo del financiamiento en términos reales. Al cierre del mes de agosto, las tasas de interés por adelantos seguían por encima de 80%, más que duplicando el costo del financiamiento que había existido en junio y primera parte de julio.

Con estos elementos en vista, el crecimiento en la actividad económica que se preveía en torno a 5% en el año (El relevamiento de expectativas del mercado del BCRA aún prevé ese pronóstico en la edición publicada en agosto), necesariamente se verá resentido. A modo de ejercicio, si el nivel de actividad económica solo cayera en julio y luego se mantuviera estable hasta fin de año (o con altibajos que se compensen), el PIB en lugar de crecer al 5% crecería al 3,4%. 

Lógicamente, si la actividad económica se resintiera aún más en los meses subsiguientes, el año cerraría con un crecimiento que podría ser menor al 3% y estaría explicado principalmente por aumento de la actividad de la segunda parte del 2024. 

Asimismo, con ese escenario, el PIB se ubicaría cerca del nivel que tenía en 2022. Esto es apenas un nuevo recordatorio de que el crecimiento económico no es un objetivo fácil de alcanzar para la economía argentina en las condiciones actuales. 

La situación a corto plazo es desafiante para los sectores productivos, pero lo es aún más a mediano y largo plazo, por lo que urge continuar el sendero de reformas que contribuyan al mejor funcionamiento de la economía, pese a que el debate de políticas públicas esté centrado en la situación de cortísimo plazo.

Marcos Cohen Arazi

Responsable de la sección Productiva.

Valentino Costamagna

Equipo Producción

Ana López

Equipo Producción​