Brecha productiva a la vista

La actividad económica manifestó una fuerte contracción en marzo, atribuible a un contexto macro dominado por la apreciación cambiaria y la creciente incertidumbre acerca del régimen cambiario que dominó gran parte del mes, sumado a una aceleración de la inflación que frenó el avance de la capacidad adquisitiva de los salarios. Durante dicho mes, la actividad económica se contrajo 1,8%, cortando así una racha de 10 meses de registros favorables. Esta merma no invalida la recuperación del nivel de actividad que se ha experimentado, pero señaliza los límites de este crecimiento.
A nivel sectorial se tiene que, de los 10 sectores principales de la economía, 9 verificaron mermas en su nivel de actividad en marzo. El nivel de recuperación acumulado entre noviembre 2023 y marzo de 2025 sigue siendo liderado por la intermediación financiera, con una suba acumulada del 15%, y el sector agropecuario, que creció 12% en el período. Ambos lideran la recuperación: el primero impulsado por la estabilización macroeconómica y el regreso del crédito, y el segundo beneficiado por una buena campaña agrícola y condiciones climáticas favorables (aunque no con buenos precios internacionales). Les sigue la minería, que acumuló un crecimiento del 8%. El comercio y las actividades misceláneas también registraron mejoras, aunque más moderadas.
Sin embargo, con los registros de marzo se verificó una importante brecha en lo que a desempeño productivo se refiere. Hay sectores que no logran recomponerse aún o incluso directamente han profundizado su contracción. El caso más notorio es el de la construcción, que se ubica 14% por debajo del nivel que experimentó en noviembre 2023, reflejando el parate de la obra pública y también de una parte de los proyectos privados. De igual modo la industria presenta un retroceso acumulado significativo (-6%), con una fuerte caída, especialmente en el mes de marzo. A esto se suman caídas en electricidad, gas y agua (-5%) y en hoteles y restaurantes (-4%). Por su parte, el sector de transporte y comunicaciones muestra un estancamiento, sin variaciones en el acumulado.
Con esa disparidad sectorial en vista, vale la pena destacar que el nivel general de actividad se ubica 3,0% por encima del de noviembre de 2023, incluso luego de un recorte de 1,8% en marzo, según el indicador oficial. No obstante, a diferencia de lo que se registraba en meses anteriores, ya se manifiesta una brecha marcada entre los sectores dinámicos y los rezagados, que son cada vez más en cantidad y son los que en general explican la mayor parte del empleo privado.
En el caso de la industria manufacturera, también es interesante señalar el comportamiento dispar que ha tenido la recuperación industrial en los últimos meses. Los subsectores que muestra una recuperación son la fabricación de equipos de transporte, que se ubica 6% por encima del nivel de noviembre 2023 (excluidos vehículos automotores y semirremolques, es decir, incluye motocicletas, trenes y otros equipos), industria alimenticia (3,2%) y la fabricación de máquinas y equipos (que se ubica casi en el mismo nivel que tenía, -0,5%). Es decir, de 16 subsectores industriales, 13 se encuentran claramente por debajo del nivel de actividad que mostraron a fines de 2023.
Por ello, la industria como un todo acumula una caída del 6%, lo que refleja un retroceso en la actividad industrial en términos agregados. Los problemas de competitividad parecen reflejarse con fuerza en el sector industrial, cuando la política cambiaria y la mayor apertura ponen en condiciones de competencia muy dura a los industriales, mientras que por otro lado no hay avances significativos en la reducción de costos impositivos para poder afrontar ese marco de mayor exposición. La tarea de ajustar los costos de producción requiere un trabajo puertas adentro, pero también requiere de un acompañamiento de las políticas públicas en la misma dirección.
Entre los sectores más golpeados se encuentran los productos minerales no metálicos, estrechamente ligados a la actividad de la construcción, que presentan una contracción del 22,5%, mientras que los derivados de caucho y plástico acumulan una caída de 21,5%. La fabricación de metales básicos también muestra una baja importante, del 13,8%.
El sector textil, tradicionalmente muy sensible a la pérdida del poder adquisitivo del consumidor y con serios problemas de competitividad, acumula una caída del 11,4%.
Es importante señalar que diversos indicadores no oficiales para el mes de abril señalizan un posible repunte, tanto de la actividad a nivel agregado como de la actividad industrial, también validado por cifras sectoriales de algunas actividades económicas relevantes, aunque posiblemente no alcancen a compensar la merma de marzo. En este sentido, la caída del mes de marzo fue tan pronunciada que borró los tres meses previos de recuperación y por eso resulta tan relevante examinar los indicadores desagregados detenidamente y señalizar en qué parte del sector productivo se están presentando las mayores dificultades.