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¿Se abarató Argentina tras las subas del dólar?

Entre mayo y agosto de 2025, el tipo de cambio real subió un 13,5%. A simple vista, eso podría leerse como una mejora en la competitividad de Argentina frente al resto del mundo. Pero en realidad no es tan lineal: la competitividad cambiaria es un concepto relativo, que también depende de lo que ocurra en otros países con la inflación y sus propios tipos de cambio. Además del hecho que la competitividad estructural depende de muchos otros factores (impuestos infraestructura, etc.), no sólo del tipo de cambio.

De acuerdo con los monitores de precios internacionales publicados por IERAL en mayo pasado, Argentina estaba relativamente cara en dólares respecto de un grupo de países seleccionados, especialmente en bienes durables de consumo. Este informe actualiza esa comparación con datos de agosto 2025 y analiza cómo evolucionaron los precios y el tipo de cambio real en los últimos meses.

Evolución del tipo de cambio real y el índice Big Mac

Antes de analizar los precios puntuales de distintos bienes y servicios, resulta útil detenerse en dos referencias generales que ayudan a entender la competitividad de la economía argentina. Por un lado, la evolución del tipo de cambio real multilateral, que refleja cómo se comparan los precios locales frente a los de nuestros principales socios comerciales. Y, por otro, el índice Big Mac, una medida sencilla y conocida a nivel internacional, que permite aproximar el poder de compra de nuestra moneda en relación con el dólar.

Tipo de cambio real multilateral

El tipo de cambio real multilateral (TCRM) de Argentina en agosto de 2025 fue de 1.325 pesos. Este nivel se ubica un 20% por debajo del promedio de los últimos 25 años (1.651 pesos). Aun así, el TCRM sigue siendo un 43% mayor al de octubre de 2001, 26% superior a noviembre de 2015 y 14% más alto que en noviembre de 2023. En síntesis, Argentina se ubica por debajo de su TCRM promedio de largo plazo, pero aún muestra una posición más favorable que en algunos momentos de tipo de cambio muy bajo, como en los mencionados años 2001, 2015 y 2023.

Índice Big Mac

Otra forma de medir la competitividad de precios entre países (y aproximar la sobrevaluación o subvaluación de una moneda) es observando la evolución de precios absolutos de un mismo bien, como hace semestralmente la revista The Economist con su índice Big Mac. En enero de 2025, la hamburguesa en Argentina costaba 7 dólares, un valor muy alto en comparación internacional: sólo Suiza era más cara (8 dólares), mientras que Uruguay (6,9), Noruega (6,7), la Unión Europea (6), Estados Unidos (5,8) y Gran Bretaña (5,7) quedaban por debajo. En contraste también refleja la volatilidad local: en 2017 la Big Mac valía 4,1 dólares y en 2020 apenas 2,9.

En la medición de julio de 2025, luego de una leve suba del tipo de cambio en Argentina, el precio bajó a 5,1 dólares. Ese valor es similar a Australia, un 10% menor a Colombia, aunque todavía se mantiene 9% por arriba de Chile y 19% superior a Brasil.

Comparativo internacional de precios de bienes y servicios de consumo durable y no durable

Grupo 1: Alimentos y bebidas

En alimentos y bebidas a consumidor final, la comparación de diez productos en diez países muestra que Argentina resulta más cara en el 48% de los casos. Brasil es sistemáticamente más barato en todos los bienes, mientras que en Chile y México alrededor del 60% de los productos tienen precios inferiores a los argentinos y esa proporción llega al 80% en la comparación con China. En cambio, en Estados Unidos, Australia, Francia y Corea del Sur, entre el 80% y el 100% de los precios resultan más altos que en Argentina. 

Dentro de la canasta analizada, el país aparece relativamente caro en agua mineral, mientras que presenta precios baratos en huevos, papas y carne bovina. En conjunto, se trata de una situación intermedia: si bien cabría esperar precios internos relativamente baratos en Argentina por su elevada productividad agropecuaria y la vigencia de los derechos de exportación (DEX), que reducen los precios en el mercado interno, o cuyos insumos y materias primas pagan DEX en sus ventas al exterior, esa ventaja no se refleja plenamente en la comparación internacional. 

Si se compara la situación entre mayo y agosto de 2025, la evidencia muestra que, pese a la devaluación del peso, Argentina no consiguió consolidar una mejora significativa en su posición relativa de precios en alimentos y bebidas. 

El siguiente gráfico presenta la variación en los precios relativos de Argentina frente a cada país entre mayo y agosto de 2025, tomando como referencia Argentina = 1. Los valores positivos (naranja/rojo) indican que Argentina se encareció respecto del país en ese bien; los valores negativos (verde) muestran que Argentina se abarató relativamente. Por ejemplo, un valor de 9% en Barra de pan blanco para Chile significa que Argentina pasó a ser un 9% más cara que Chile en ese bien.

Observando los resultados se aprecia que, en la gran mayoría de los productos, no hubo cambios en la relación con el resto de los países: en agosto Argentina continuó siendo más cara o más barata en los mismos bienes que ya lo era en mayo. Este patrón de estabilidad se refleja en los valores cercanos a cero (tonos amarillos del gráfico), que indican que las brechas relativas apenas variaron en el período, consolidando una estructura de precios que se mantiene rígida frente a los movimientos cambiarios de corto plazo.

En contraste, algunos pocos productos sí registraron variaciones significativas en la posición relativa de Argentina. Entre ellos se destacan el arroz en Polonia., donde Argentina se encareció un 71% en comparación al período de mayo. También se observan mejoras en la competitividad de ciertos bienes como la cerveza nacional, las papas, el bife de nalga y el de pollo, donde Argentina redujo su precio relativo frente a varios países. Estos casos puntuales muestran que, aunque el panorama general fue de estabilidad, existen nichos en los que la brecha de precios se amplió o se redujo de manera más notoria.

Precios por producto y país

Para ver la comparación completa por productos ingresar acá.

Grupo 2: Bienes Durables, indumentaria y calzado

En este grupo de productos, Argentina aparece como el país más caro en el 90% de los casos relevados. Autos, motos, bicicletas, electrónicos del hogar, indumentaria y calzados muestran precios sistemáticamente más caros a los del resto de los países incluidos en la comparación. 

La explicación principal radica en la combinación de alta protección comercial y elevada carga tributaria interna. Por un lado, los derechos de importación (DIM) y las restricciones al ingreso de bienes encarecen notablemente los precios locales. Por otro lado, los impuestos internos -IVA nacional, Ingresos Brutos provinciales y municipales, impuestos específicos y el impuesto a los débitos y créditos bancarios- terminan reforzando esta brecha. 

Existen tres productos entre los diez analizados en los que Argentina presenta precios más altos que todos los demás países incluidos en la comparación: televisores, vestidos y zapatillas.

Si bien se trata de bienes transables, que en principios deberían tener precios similares entre países cuando se expresan en una moneda común, en Argentina los valores resultan excepcionalmente elevados. Esto obedece principalmente a la política comercial y tributaria aplicada en el país, tanto en general como específicamente sobre este tipo de bienes.

Al comparar los resultados de agosto con los de mayo de 2025, se observa un único cambio en la posición relativa de precios: las freidoras de aire pasaron a ser más baratas en Argentina que en Colombia. En el resto de los productos se observa un comportamiento dispar con relación a la brecha de precios frente al mundo entre indumentaria y calzados y bienes durables.

En indumentaria y calzado (jeans, vestidos, zapatos de vestir, zapatillas), Argentina se encareció levemente frente a algunos países, como Chile y Corea del Sur, pero en general presenta pequeñas variaciones relativas. En cambio, en los bienes durables (heladeras, Smart TV, motos, bicicletas, freidoras), Argentina mostró mejoras significativas de precios relativos, reduciendo brechas del 15%-20% frente a la mayoría de los países. 

En síntesis, el período analizado exhibe estabilidad en la competitividad relativa en indumentaria/calzado, al mismo tiempo que se observan correcciones favorables en bienes durables, aunque Argentina continúa siendo un país caro en términos absolutos en comparación con el resto del mundo.

Grupo 3: Servicios familiares o personales

En servicios personales o familiares (y de los bienes relacionados a ellos), Argentina resulta más cara en un 36% de los casos comparados. La diferencia es más marcada frente a Brasil, donde somos más caros en un 80% de los ítems, mientras que frente a México la proporción desciende al 50% y con Chile al 40%. En contraste, en países desarrollados los servicios suelen ser más caros que en Argentina. 

En este contexto, nuestro país aparece relativamente caro en una comida en restaurante y relativamente barato en las expensas/servicios en un departamento, la cuota de un gimnasio, un viaje en taxi, la educación preescolar, el boleto en transporte urbano de pasajeros y el precio de la nafta.

Los resultados obtenidos son coherentes con lo esperado desde la teoría, ya que los bienes y servicios no transables tienden a ser más caros en países desarrollados. Sin embargo, Argentina aparece como relativamente cara respecto de Brasil, aunque no tanto frente a Chile y México. En algunos casos puntuales, como el boleto urbano, la diferencia se explica por la incidencia de subsidios estatales en nuestro país. 

En la comparación entre mayo y agosto de 2025, entre los servicios del hogar, el panorama es heterogéneo. Internet por cable muestra una mejora relativa clara de Argentina frente a la mayoría de los países, mientras que el plan de telefonía celular prácticamente no cambia. En cambio, las expensas de un departamento de 85 m² exhiben un leve encarecimiento relativo generalizado.

La cuota de preescolar privado y el gimnasio, por su parte, muestran un claro deterioro de competitividad: se encarecen frente a la mayoría de los países, evidenciando que los precios de los servicios personales de las familias aumentaron más que los precios de los bienes en Argentina en los últimos meses.

En los otros servicios también se observan contrastes. El boleto urbano se encarece frente a casi todos los países, con un aumento particularmente marcado respecto a China y Chile (+20%). Por el contrario, el taxi refleja una mejora en competitividad, destacando las caídas frente a Polonia y China (−15% y -12%, respectivamente). La nafta también muestra una leve mejora frente a la mayoría. En gastronomía, el capuccino tiende a encarecerse frente a algunos países mientras que la comida para dos personas es más ambivalente: peor frente a Chile y China (+15% y +9), pero levemente mejor frente a la mayoría de los demás.

En conjunto, conviven mejoras puntuales (internet, taxi, nafta) con deterioros claros (expensas, transporte urbano, jardín y gimnasio), lo que da cuenta de una evolución desigual de la competitividad de los servicios en Argentina.

Posición en el ranking global

Finalmente, se calculó la posición que ocupa Argentina en el ranking internacional de precios en dólares para un conjunto más amplio de bienes y servicios, tomando como referencia la base de datos de 100 países relevados por Numbeo.

Los resultados confirman que los productos más caros de Argentina a nivel global se concentran en el rubro indumentaria y calzado:

  • Vestido de marca internacional: 1° puesto (más caro del mundo).
  • Zapatillas deportivas: 5° lugar.
  • Agua mineral (1,5 litros): 12° puesto.
  • Jeans (Levi’s 501 o similar): 15° lugar.
  • Barra de pan blanco (500 g): 24° lugar.

Por el contrario, entre los productos relativamente más baratos destacan:

  • Vino de gama media: 89° puesto.
  • Bife de nalga o peceto: 77° lugar.
  • Cuota mensual de gimnasio: 75° lugar.Puesto de Argentina en el ranking de precios internacionales en cada bien o servicio (en USD)

Marcelo Capello y Federico Belich

Responsables de la sección Fiscal.