Mucho más complejo de lo que parece
Dos hechos, ambos imprevistos, impactaron de manera decisiva sobre la economía. Por un lado, el inédito y contundente apoyo de los EEUU. Esto no solo permitió morigerar las crecientes tensiones en el mercado cambiario, supliendo las debilidades del Banco Central. Además, la posibilidad de un acuerdo comercial y proyectos de inversión de empresas norteamericanas en el marco del RIGI, generan expectativas de incorporar nuevos factores dinamizadores de la producción.
Por el otro, el resultado de las elecciones. El amplio triunfo del oficialismo implica un claro fortalecimiento frente a la debilidad política bajo la que operó el gobierno en sus dos primeros años. El aumento de bancas en ambas cámaras del Congreso permite cuantificar el cambio. Pero lo más importante es que, en su mejor interpretación, el voto de la gente explicitó que el equilibrio fiscal y las reformas estructurales cuentan con un amplio apoyo de la sociedad.
Doble desafío
Si bien el contexto es inéditamente favorable, el camino hacia las reformas no está despejado de obstáculos. Muy por el contrario, la acumulación de distorsiones es tan grande e intrincada que revertirlas demandará un trabajo arduo y sofisticado. Mientras más se subestime la complejidad, mayores son los riesgos de una nueva frustración.
Hay conciencia de que movilizar voluntades políticas requiere un trabajo arduo. La distancia para pasar de los enunciados genéricos a las acciones concretas es enorme. La conducción política del proceso de reformas requiere la destreza de combinar flexibilidad para acumular apoyos sin sacrificar los objetivos principales. Es decir, ser rígido en las cuestiones sustanciales (para lo cual es fundamental tenerlas claras) y concesivo en cuestiones secundarias.
Menos tenidas en cuenta son las complejidades técnicas que subyacen en las reformas. Lo cierto es que apenas se comienza a tratar de dar precisiones sobre los contenidos de las reformas aparece un mar de dificultades. Hay acuerdos amplios en relación con los temas medulares que debería incluir un proceso de reformas, como se explicita en los 10 puntos que integran la Agenda de mayo. Pero pasar de los títulos a los contenidos detallados requiere sortear un cúmulo de dificultades, ambigüedades, contradicciones y confusiones.
¿De qué hablamos cuando hablamos de reformas?
La reforma laboral ofrece ejemplos muy ilustrativos. Se menciona con frecuencia su importancia y las dificultades para su procesamiento político debido a las resistencias de los sindicatos. Pero resultallamativo que existan pocas referencias a definiciones concretas y precisas sobre cuáles deberían ser sus contenidos.
Reducir la litigiosidad espuria es uno de los objetivos de la reforma laboral. El planteo tiene lógica ya que se trata de un fenómeno muy arraigado y con alto impacto negativo sobre la generación de empleos. Las evidencias muestran que hay juicios laborales por diferentes motivos, pero la mayoría se generan por accidentes y enfermedades laborales. En estos casos el origen del problema es que en las pericias médicas en las justicias provinciales se aplican reglas diferentes a las que contempla el sistema de riesgos del trabajo. En la medida en que en la Justicia se dicten sentencias en base a criterios diferentes a los previstos en las normas los incentivos a litigar son muy altos.
El problema ya fue abordado por la ley nacional 27.348 en 2017 que al poco tiempo tuvo adhesión, a través de leyes locales, en la mayoría de las provincias. En esta normativa se prevé profesionalizar los cuerpos de peritos médicos de las justicias provinciales a los fines de inducir a que sus dictámenes se ajusten con objetividad a las reglas previstas en el sistema. Sin embargo, pasa el tiempo, se masifican los juicios y los poderes judiciales provinciales no terminan de instrumentar estos cambios. Por lo tanto, la reforma laboral, en este tema tan importante, no consiste en sancionar nuevas leyes, sino en lograr que las leyes vigentes se apliquen
Los riesgos de las subestimaciones
El ejemplo de los cambios que se necesitan para reducir la litigiosidad laboral es muy específico, pero también muy ilustrativo de la importancia de dedicarle esfuerzo analítico a entender los problemas para, en función de ello, diagramar las soluciones. Esta particularidad no es un rasgo exclusivo de las instituciones laborales sino por el contrario, está presente en la mayoría de las reformas: su diseño obliga a resolver problemas muy complejos.
Apenas se adentra en el desafío de la reforma tributaria aparecen dificultades no menos desafiantes que en la laboral. En este caso, además, porque sin replantear de manera simultánea el régimen de coparticipación es acotado lo que se puede avanzar en darle racionalidad al sistema impositivo desde un solo nivel de gobierno. Esto lleva a la necesidad de abordar un acuerdo de coordinación fiscal entre la Nación y las provincias que ordene funciones y potestades tributarias.
En similar sentido, delinear con precisión los contenidos de la reforma previsional, a los fines de contener el gasto y mejorar la equidad y la eficiencia, también demandará un trabajo técnico arduo. Aun cuando la reforma laboral sea muy exitosa en promover la formalización, las soluciones para el sistema previsional dependen de replantear la muy extensa e intrincada normativa previsional que incluye más de una centena de regímenes, muchos de ellos que no dependen del gobierno nacional.
Que el gobierno impulse como prioridad las reformas estructurales y que el primer paso haya sido convocar a las provincias es una señal alentadora. Pero hay que ser conscientes de que las trabas no son solo de naturaleza política. No menos desafiante es contar con los diagnósticos correctos, detectar dónde hay que hacer los cambios y definir con precisión los instrumentos para hacerlos. Los riesgos de subestimar las complejidades técnicas pueden derivar en desaprovechar el contexto favorable, ya sea porque ante las dudas y contradicciones sobre qué se entiende por reforma el proceso se trabe o, peor aún, que se avance con cambios que no resuelvan los problemas.



