Nuevamente, la estabilidad es condición necesaria, no suficiente para el crecimiento
Un reciente estudio del FMI sobre reformas estructurales en Brasil, muestra impactos muy significativos en cuanto a expandir el potencial de crecimiento. En caso de la reforma laboral de 2017, con efectos ya observados en términos de aumento de empleo formal, menor litigiosidad, menor tasa de desempleo, fuerte aumento de la productividad, particularmente en actividades intensivas en empleo. Desde entonces, Brasil salió del estancamiento en la creación de empleo formal, y en el sector privado se sumaron más de 4 millones de trabajadores en esa condición.
Más recientemente, se avanzó en una profunda reforma tributaria, que condensa en un IVA nacional impuestos distorsivos de las distintas jurisdicciones (incluido simil de Ingresos Brutos). El FMI estima que, cuando se complete su implementación, esta reforma aportará un incremento potencial del PIB de nada menos que 11 puntos. Varios vectores convergen cuando se eliminan impuestos distorsivos y se unifican en un IVA, aunque su alícuota parezca elevada: mejor asignación de recursos de inversión; reducción del costo de los insumos y bienes intermedios de producción local, incentivos a la formalización de la economía, ampliación de escalas por incremento de la demanda, etc.
En el caso de Argentina, una señal de alerta del freno que significan los problemas estructurales irresueltos la aporta la evolución de las cuentas de ahorro e inversión. Con datos del FMI, la tasa de ahorro estaría aumentando de 15,7 % del PIB en 2023 a 17,3 % del PIB en 2024. En presencia de cepos, que minimizan la entrada de capitales, la inversión tiene que recuperarse de la mano del ahorro.
Pues bien, en 2024 el ahorro se está incrementando 1,6 puntos porcentuales respecto a 2023, pero la tasa de inversión está yendo en la dirección opuesta, achicándose en 2,4 puntos del PIB (fuente, estimaciones del FMI).
Evolución Balance Ahorro-Inversión
En % del PIB
Fuente: IERAL en base a FMI.
Obviamente, sin recuperación de la inversión, el rebote pos crisis del PIB encuentra rápidamente su techo, por lo que tiende a deteriorarse la capacidad de generar ratios elevados de ahorro. Y se complica el financiamiento de la inversión, en la medida en que la estrategia de crecimiento sea diseñada para no depender excesivamente del uso del ahorro externo.
Bajo el RIGI se esperan inversiones significativas en sectores focalizados, como el de hidrocarburos, que darían lugar a producción de energía en términos competitivos en el mercado global y, por ende, permiten proyectar incrementos sostenidos de exportaciones. Sin embargo, después de la aprobación de la Ley Bases ha pasado un período considerable y faltan precisiones por vía de la reglamentación. Y no hace falta subrayar que la instrumentación es tan relevante como las negociaciones políticas en el Congreso cuando se trata de reformas que necesitan modificaciones legislativas.
Evolución de las importaciones de bienes de capital. (Acumulado I semestre de cada año anualizado)
En % del PIB anual
Fuente: IERAL en base a INDEC.
Las importaciones de bienes de capital reflejan con precisión la dinámica de la inversión en máquinas y equipos. Tal como muestra el gráfico adjunto, durante el primer semestre de 2024 se estaría tocando el piso de la serie que arranca en 2004, con un equivalente a 1,3% del PIB, luego del 1,7% registrado en igual período de 2023 y del 2,0% de 2022. Nuevamente en este caso, niveles superiores a los 3 puntos del PIB en importación de bienes de capital sólo se alcanzaron en la etapa previa a la instauración de los cepos, que arrancaron a fin de 2011.
Jorge Vasconcelos
Coordinador General de Revista Novedades.