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Claves en las disparidades económicas entre provincias

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Claves en las disparidades económicas entre provincias

Si al país le va bien, a las provincias también, pero unas mejor que otras. Considerando a las que fue mejor durante este año, un interrogante es si repetirán una mejor performance en el siguiente. Estos son los planteos de esta sección.

Balance 2024

Este año ha sido uno atípico, comenzando con una fuerte caída de ventas, debido a la merma en el poder de compra luego de la devaluación, continuando posteriormente con una gradual recuperación económica, que se puede observar utilizando datos desestacionalizados. 

Algo similar ha ocurrido en la mayoría de las provincias, con sus diferencias. Teniendo en cuenta sus estructuras productivas y su localización, al menos hay tres factores claves que determinan esas diferencias regionales. Dos están vinculados a fondos que son externos a cada jurisdicción.

El primer factor son las exportaciones, las cuales se han incrementado durante este año, principalmente por una mayor cosecha de granos (luego de la sequía en 2023) y por petróleo. En este sentido, favoreció más a provincias como Neuquén y las provincias de la región pampeana.

El segundo factor son los fondos nacionales que reciben los gobiernos provinciales. En general, las jurisdicciones que menos exportan (cuentan con menos recursos naturales valiosos), son las que más fondos nacionales perciben, incluyendo las transferencias discrecionales. En 2024, esas transferencias se redujeron a un mínimo, por lo cual, varias provincias dependientes de esos recursos se vieron muy afectadas, como las norteñas.

El tercer factor está vinculado con el anterior, y es la capacidad que tiene las provincias para hacer política fiscal, aunque con menor peso que la nacional. En 2024, con menos fondos nacionales y la recesión en la primera parte del año, motivó a los gobiernos locales a realizar un ajuste, vía licuación, lo cual fue posible por la alta inflación. Es conocido que la nómina salarial representa un alto porcentaje (más de la mitad) del gasto en las distintas provincias, por lo cual la licuación fue más efectiva. En general, las finanzas públicas mejoraron en la mayoría de las provincias, señal de que el impulso fiscal fue menor.

Sobre la base de estos determinantes diferenciadores, en un mal año 2024, se puede mencionar que Neuquén junto con Río Negro presentaron mejores indicadores de actividad. Mientras,  no fue un tan mal año para las provincias grandes, y sí le fue peor a la mayoría de las norteñas. 

Perspectivas 2025

El año 2024 fue un año que inició con un importante shock. Cambió la dirección de la política económica, con ajustes dado el notorio desequilibrio en las cuentas fiscales nacionales. En cambio, 2025 sería la continuación de la actual política económica y, si no hay shocks negativos (ni internos ni externos), es esperable que la recuperación económica continúe, en forma heterogénea. Más complicados estarían aquellos sectores con desventajas con respecto al mundo (los sustitutos de importación).

Dada la continuación de la recuperación, un interrogante está en la evolución de los factores recién considerados a la hora de conocer las diferencias regionales.

Exportaciones: para 2025 se espera un leve incremento a nivel global, y se debe considerar dos puntos clave. Por un lado, continuaría el impulso en ciertos sectores con mucho potencial (petróleo en Vaca Muerta, energía, minería), que además contarán con los beneficios del RIGI. En el caso de la región pampeana, la cosecha no volvería a aumentar, lo esperable que sea similar, aunque con menor rentabilidad, dados los menores precios y un dólar más barato.

Por otro lado, está el planteo de si el país está caro en los productos exportables. La devaluación de fin de 2023 redujo los costos laborales en dólares, lo cual favoreció inicialmente a las economías regionales, intensivas en trabajo. Luego, con el dólar retrasándose con respecto a la inflación, ha cambiado la ecuación. Algunos sectores exportadores regionales comienzan a tener problemas de competitividad, y posiblemente esto impacte en sus exportaciones para 2025. 

Fondos nacionales: será un punto político para el actual gobierno. Usualmente, al ser un año electoral, se tiende a incrementar el gasto público, parte del cual se destina a las provincias. Es posible que el gobierno nacional no siga ese comportamiento, pero las presiones serán mayores.

Política fiscal: es posible que sea diferente a 2024. Hay dos fuerzas que van en sentido contrario. Por un lado, es posible esperar una recuperación en ingresos, al menos en impuestos provinciales, y por el otro lado, con menor inflación (y menor licuación) y con elecciones legislativas, estará la presión para mayores gastos. La impresión es que este último punto tendrá más peso en las decisiones, que se traducirá en una reducción de los superávits fiscales provinciales, pero un impulso a la actividad económica regional.

Con todo eso, la mejoría en la economía nacional se trasladará a las provincias, y posiblemente tendrán un impulso fiscal. La principal diferencia vendría por el lado de las exportaciones. Se verían más favorecidas las provincias con recursos como petróleo, minería y energía. 

Por otra parte, aunque no se espera un incremento en las transferencias discrecionales, éstas no pueden volver a disminuir (han llegado a un mínimo), por lo cual no habrá otro golpe negativo para las jurisdicciones más dependientes de los fondos nacionales.

En pocas palabras, se espera un mejor 2025, quizá no tan heterogéneo regionalmente como el año que se va despidiendo. 

Jorge Day

Responsable de la sección Regional.