La eliminación del déficit fiscal permitió estabilizar el peso de la deuda pública en 2024
El primer año de la administración de Javier Milei exhibe un notorio cambio en materia fiscal. En el acumulado entre enero y noviembre de 2024, el resultado financiero del sector público nacional (SPN) mejoró en 4,3 puntos porcentuales del PIB, respecto a igual período de 2023, pasando de un déficit de 3,7% del PIB a un superávit equivalente a 0,6% del PIB.
Todo el peso del ajuste recayó sobre el gasto público, dado que los ingresos totales del SPN no variaron, en términos del PIB, en 11 meses de 2024, o cayeron cerca del 7% si se mide en pesos constantes. Si la lupa se posa sobre los ingresos tributarios, subieron 0,6 puntos del PIB en ese período, con un PIB real en caída, aunque si se excluyen los Derechos de Exportación (DEX) e impuesto PAIS (exhibieron movimientos extraordinarios en 2024), el resto de los ingresos habría disminuido 0,2 puntos del PIB en 12 meses.
A noviembre de 2024, el gasto total del SPN bajó 27% en moneda constante, equivalente a 4,3 puntos del PIB. El mayor ajuste se dio sobre el gasto de capital (-71% en valores constantes), mientras el gasto corriente cayó 22% real interanual. En términos de variación interanual real, los mayores ajustes se dieron en los siguientes conceptos:
- Transferencias de capital a provincias (-97%)
- Inversión real directa (-66%)
- Bienes y servicios (-33%)
- Transferencias a empresas privadas (-27%)
- Transferencias a empresas públicas (-22%)
- Personal y Jubilaciones (-19%)
- Transferencias a familias (-18%)
La mejoría observada en el resultado primario del SPN (+4,2 pp PIB) resulta algo inferior a lo ocurrido con el resultado financiero (+4,3 pp PIB), por el menor peso de los intereses por deudas, que en el acumulado a 11 meses de 2024 representan 1,6% del PIB, versus 1,7% en igual período de 2023. Existe una discusión respecto a cómo influyen sobre la cuenta de intereses pagados la existencia de letras que contemplan intereses capitalizables, pagaderos al vencimiento de la deuda. Una situación parecida ya se presentaba, desde hace varios años, con los bonos que ajustan con CER. Ante la existencia de este tipo de deudas del Tesoro, que no permite representar adecuadamente el peso anual de los intereses, corresponde realizar un seguimiento de la deuda pública, que en cualquier momento del tiempo sí incluye los intereses devengados o el efecto de la indexación por CER.
Pero antes de entrar en el tema de la deuda, debe advertirse que, a noviembre de 2024, la relación entre gasto pagado y devengado en la Administración Nacional (AN), el principal componente del SPN, resultaba del 98%, cuando a igual mes de 2023 dicha relación era del 92%. Dado que las erogaciones del SPN se publican mensualmente en Base Caja (gasto pagado), lo anterior implica que el resultado fiscal de 2024 hubiera mejorado en mayor medida, si este año se hubiera mantenido la relación entre gasto pagado y devengado que se observaba en el año 2023. De otro modo, la Deuda Flotante de la AN acumulada entre enero y noviembre de 2024 (diferencia entre erogaciones devengadas y pagadas) resultaba un 77% inferior a la que existía en enero – noviembre de 2023, en valores constantes.
Ahora bien, ante las advertencias efectuadas respecto a la registración de intereses de deuda y la evolución de la deuda flotante de la AN, el análisis de la marcha de la situación fiscal deberá complementar el análisis del resultado financiero del SPN con la trayectoria de la deuda pública total, incluyendo la flotante. Aquí debe aclararse, además, que, ante la absorción implícita de buena parte de los pasivos remunerados del BCRA por deuda del Tesoro Nacional, la evolución de la deuda pública en los últimos meses debe integrar la deuda del BCRA.
Hechas las aclaraciones anteriores, el análisis de sustentabilidad fiscal debería basarse principalmente en el análisis de la evolución de la deuda pública. Si la deuda no crece en términos del PIB, en principio podría afirmarse que resulta sustentable. En tal sentido, si se considera la deuda pública consolidada y flotante del Tesoro Nacional más BCRA, neta de depósitos del Tesoro en el BCRA, se observa una caída equivalente a 0,7 pp del PIB en los últimos 12 meses, o una reducción del 7,2% si se mide en dólares oficiales o del 0,2% en pesos constantes.
Las perspectivas fiscales para 2025 dependerán especialmente de lo que ocurra con la recaudación, tras la eliminación del impuesto PAIS (aportó 1,2% del PIB en 2024), y en función de esa ecuación resultará la necesidad de seguir ajustando o no el gasto público, dado el compromiso de preservar el equilibrio fiscal.
La recaudación efectiva dependerá finalmente de lo que ocurra con la actividad económica y la inflación. Al respecto, utilizando supuestos de aumento de PIB real y de inflación incluidos en el proyecto de presupuesto para 2025, las previsiones del REM para ambas variables y un promedio entre ambos escenarios, se estima que la recaudación del SPN podría caer entre 0,5% y 1,4% anual, en valores constantes, en 2025. Significa que las mejoras en la actividad económica permitirán recuperar en 2025 entre 73% y 91% de los recursos resignados por el impuesto PAÍS.
Dado que una porción importante del gasto público ajusta por inflación, si los recursos bajan entre 0,5% y 1,4% en 2025, en valores constantes, implicará que las erogaciones sin ajuste automático deban sufrir un nuevo ajuste este año, aunque leve, no comparable al observado en 2024.
Marcelo Capello y Juan Manuel López
Responsables de la sección Fiscal.