BCRA volvió a comprar reservas y cayó la brecha cambiaria
A lo largo de un poco más de ocho meses, la gestión económica del nuevo gobierno ha logrado avances muy importantes que mejoran el panorama macroeconómico de Argentina: un importantísimo ajuste en las cuentas fiscales, una considerable corrección de precios relativos, progresos relevantes en reformas estructurales que deben profundizarse y ampliarse (desregulaciones, mercado laboral, incentivos tributarios para inversiones, etc.), una notoria mejoría (aunque muy lejos de ser suficiente) en el balance del Banco Central (BCRA), entre otros.
El efecto impacto de este proceso fue una profundización de la recesión con un importante salto inflacionario inicial. La actividad económica tocó piso en el segundo trimestre del 2024 y habría comenzado a recuperarse lentamente en el tercer trimestre con una gran heterogeneidad sectorial. La inflación núcleo, que en el mes de inicio del nuevo gobierno había alcanzado el 28,3% mensual, descendió a un promedio del 3,7% mensual en los últimos tres meses, la menor cifra desde inicios del 2022.
El BCRA, después del salto inicial en el tipo de cambio oficial, fijó una tasa de devaluación del 2% mensual que llevó al actual tipo de cambio real a un nivel similar al momento inmediatamente posterior en el que la administración Macri eliminó el cepo cambiario (febrero de 2016). Por otro lado, la entidad monetaria canceló gran parte de su deuda remunerada en pesos (Leliq y Pases) y canjeó el resto de estos pasivos al gobierno nacional (LEFI). Luego de esto último, a fines de julio del 2024, el BCRA anunció la Fase II de su política monetaria donde por un lado, se comprometió a absorber el sobrante monetario que alimenta la brecha cambiaria. Esto lo realizaría mediante la esterilización (total o parcial) de los pesos emitidos por la compra de reservas. Por otro lado, la Fase II establece que el BCRA solamente va a expandir la base monetaria canjeando las LEFI a los bancos en la medida que aumente la demanda de crédito.
Agosto del 2024 fue el primer mes de implementación de la Fase II de la política monetaria. Como puede apreciarse en los siguientes gráficos, durante los primeros 22 días del citado mes, la entidad monetaria retomó la prudencia mostrada durante los meses de diciembre 2023 y mayo del 2024. La expansión del crédito interno del BCRA dejó de ser expansiva para resultar nuevamente contractiva y menor que el ritmo de crecimiento de la demanda de dinero. La diferencia entre ambos, originó naturalmente una nueva escasez de pesos que permitió, no sólo que el BCRA volviera a comprar reservas (USD 446 millones) sino que también, cayera la brecha cambiaria en casi 20 puntos (la diferencia entre el dólar CCL y el mayorista pasó del 55% en la segunda semana de julio al 36% a fines de agosto).
Es preciso destacar que la contracción del Crédito Interno del BCRA podría haber sido aún mayor si la entidad monetaria no hubiera emitido pesos ($225 millones) para canjear LEFI a los bancos. Sin esta emisión de pesos, la acumulación de reservas podría haber llegado a casi USD 690 millones y se hubieran fortalecido más las escasas divisas que tiene la entidad monetaria.
Teniendo en cuenta que las LEFI son deuda del Tesoro, las mismas deberían ser rescatadas con el superávit fiscal del Gobierno Nacional. De aplicarse esta política, el Banco Central podría sanear más rápidamente su hoja de balance, estar más sólido para compensar una imprevista caída en la demanda de dinero y así poder acelerar la tan ansiada salida del cepo cambiario para robustecer y consolidar el proceso de recuperación de los niveles de actividad y crecimiento económico.
Gustavo Reyes
Responsable de la sección Monetaria-Cambiaria